Medicina del deporte

Amenorrea deportiva

 

La aparición de la menstruación por primera vez se conoce como menarca y es el marcador del crecimiento y desarrollo de la pubertad femenina normal.

No existen dudas que las irregularidades menstruales son mayores entre las mujeres atletas que entre la población general. Una de las dificultades es determinar la incidencia de estas condiciones en la población de atletas, ha sido motivo de estudio definir el punto en el cual son infrecuentes los ciclos menstruales (Oligomenorrea) u otros trastornos, polimenorrea, atraso menstrual, metrorragia, se convierten en cesación (amenorrea) y por consiguiente alteración crónica y severa de la armonía hormonal.
La aparición de la menstruación por primera vez se conoce como menarca y es el marcador del crecimiento y desarrollo de la pubertad femenina normal. En la población normal aparece a los 12,5 años según estadísticas locales. El ciclo menstrual es cada 23 a 35 días con 10 a 13 ciclos anuales.
Esto se llama ciclo regular o eumenorrea. 
Oligomenorrea son ciclos menstruales con intervalos mayores a 36 días o sea 3 a 6 ciclos por año. 
El retraso de la menarca ha sido ligada a los niveles competitivos más avanzados, también con bajo peso corporal y escaso porcentaje graso, muchas veces consecuencia de regimenes de entrenamiento con alto gasto energético. Se observo que por cada año de entrenamiento premenstrual la menarca se retrasa 5 a 6 meses. 
Se considera amenorrea primaria la ausencia de presentación de menstruación a los 16 años con independencia de la presencia o ausencia de caracteres sexuales secundarios, y como amenorrea secundaria la ausencia de menstruación por tres o más meses. Hay disenso entre los investigadores respecto a la definición de amenorrea, mientras algunos la consideran durante tres meses, otros extienden el periodo hasta 6 meses o mas. En un intento de normalizar los informes, el Comité Olímpico Internacional ha admitido como amenorrea un ciclo menstrual, al menos, al año de presentación de menstruación. 
La amenorrea de las atletas para ser considerada como tal debe ocurrir luego de un periodo de entrenamiento y no debe existir otra patología subyacente que la justifique o determine como insuficiencia ovárica, disfunción tiroidea, poliquistosis ovárica, tumores hipofisarios.
La prevalencia de amenorrea inducida por el ejercicio es alrededor del 20% en la mujer deportista en comparación con el 5% de la población en general.
En las mujeres jóvenes el periodo menstrual no aparece hasta que el porcentaje de grasa corporal sea de 20%. El inicio de la menarca es un evento fundamentalmente hormonal pero también regido por la genética, el entorno familiar etc.

Teorías propuestas para explicar cuando ocurren las irregularidades Menstruales:
1) Bajo contenido de grasa corporal. (Por lo menos menor del mínimo necesario para asegurar la ciclicidad menstrual).
2) Cambios agudos y crónicos resultante del ejercicio intenso realizado en forma irregular.
3) Excesivo gasto energético sin sustrato adecuado.
4) Stress psicológico por sobre exigencia.

A partir de los numerosos estudios sobre este tema se puede trazar el perfil de la deportista con mayor posibilidad de padecer amenorrea asociada al ejercicio. Entre ellas: corredoras de fondo de competición, gimnastas y las bailarinas de ballet profesional parecen ser las de mayor riesgo. El ciclismo, el remo y la natación también son deportes de riesgo. 
A corto plazo se ha observado que las lesiones musculoesqueleticas están aumentadas en las atletas con irregularidades menstruales (la perdida máxima de hueso se produce probablemente en la fase precoz de la amenorrea).
Como consecuencia de la deprivacion de estrógenos en las deportistas amenorreicas disminuye el contenido mineral óseo y aumenta riesgo de fractura por stress. La densidad mineral ósea disminuida se produce en las vértebras lumbares (área la cual tiene una gran proporción de hueso trabecular). La masa ósea espinal (vertebral) muestra una disminución similar a la observada en mujeres postmenopáusicas. 
Se sabe que desde que se inicia la menarca o eumenorrea se inicia el depósito de calcio en los huesos que va en aumento logrando una meseta alrededor de los 35- 40 años que se mantiene hasta la menopausia donde se inicia el descenso. 
La amenorrea es considerada un signo de sobre entrenamiento por lo que prevenir su inicio es el mejor tratamiento. Debemos evaluar alteraciones óseas como escoliosis y la densidad mineral ósea.
Estudios de la Dra. Drinkwater observaron que aumentos del peso corporal en 2 Kg. y disminución de la actividad física en un 10% reinicia los ciclos menstruales. Se debe optimizar la alimentación incluido el calcio, zinc, Hierro, cobalto etc. No olvidar la presencia posible de anorexia nerviosa.
Seria muy importante la preparación de programas que prevengan la instauración de la amenorrea y sus consecuencias. 


Autor: Dra. Isabel Torres - M.N. 67849
Cardióloga Infantil. Especialista en medicina del deporte 
Médica de planta del Servicio de Cardiología
Hospital de niños Ricardo Gutiérrez.